Una pregunta frecuente que escucho en las asesorías laborales es: “¿Queda mal si bloqueo a mis compañeros de trabajo de las historias de Instagram?”.
La realidad es que es una pregunta bastante particular porque no hay una respuesta correcta o incorrecta, en estos casos he optado por asesorar desde mi experiencia siendo consciente de que no basta.
Por otro lado, el equipo de Negra Digital, expertas en Marketing Digital, nos cuenta que en sus clases de “Instagram de pies a cabeza” una pregunta recurrente es “¿Si no acepto a alguien que me quiere seguir, esa persona se entera que no la acepté?”. La respuesta es: no, nadie se entera si no es aceptado.
Estas preguntas surgen porque las personas no quieren herir sensibilidades, pero tampoco quieren aceptar a todo aquel que los quiera seguir en sus redes.
Por ese motivo, decidimos unir fuerzas entre Growing y Negra Digital encarando este tema para calmar la ansiedad que esas notificaciones causan y hablarte sobre el uso de las redes personales en el ámbito laboral.
¿Cómo hacemos nosotras?
- La experiencia de Adri
En mi caso, tuve tres experiencias que me motivaron a hacer una diferencia entre las redes sociales personales y profesionales.
La primera fue cuando construí mi perfil en LinkedIn. Esta plataforma te hace tantas preguntas sobre lo laboral y académico que me llevó a decidir borrar y dejar de agregar esa información de Facebook o Instagram. Así de simple.
La segunda, y esta experiencia es crocante… estaba en clase allá por el 2012, y una profesora comentó muy a la ligera que usaba las redes de la institución para revisar el perfil de sus estudiantes. Hasta el día de hoy recuerdo el frío que me corrió por la espalda al darme cuenta de que no sabía quienes me seguían en las redes pero por sobretodo, no sabía si la profe estaba mirando mi contenido. No es que tenga algo para ocultar, pero recuerdo que me cayó la ficha sobre muchas páginas que realmente desconocía y con las cuales estaba conectada. Acto seguido, llegué a mi casa y empecé a revisar mi lista de amigos en Facebook.
La tercera experiencia fue cuando nació Growing. En ese momento más que nunca, sentí la necesidad de diferenciarme de mi trabajo. Desde Growing comparto muchas cosas y he pasado por un proceso: empecé muy técnica y seria, de a poco me he ido mostrando más y compartiendo cosas que conectan con la comunidad, pero me es necesario tener un espacio para mi, que sea solo de Adri. Es una distancia óptima que me gusta conservar porque la dinámica de ser freelancer hace que el trabajo esté más cerca de lo que quisiera.
- La experiencia de Lore
Yo soy de la idea de que lo que publicamos en redes es de las distintas plataformas. Con esto quiero decir, que ya no nos pertenece y por otro lado, la esencia de las redes sociales es compartir, mostrarse e interactuar.
Por esto es que siempre fui de la idea de tener perfiles públicos. En Facebook o Linkedin nos invitan a conectar, a ser amigos, pero con Instagram el tema empezó a cambiar. Entonces decidí medir (aún más de lo que ya lo hacía) lo que publicaba. Por ejemplo, no expongo a mi familia ni a mis actividades, como decía al principio: aunque borremos el contenido, una vez que lo subimos a una plataforma que no nos pertenece, ese contenido ya deja de ser exclusivamente nuestro.
Pues bien, años funcionando así, usando Instagram con fines personales, hasta que necesité usarla para un proyecto personal, con fines laborales y entonces tuve que optar por pasarme al “team perfil privado”.
Me encontré midiendo demasiado qué compartir y qué no. Aunque no tengamos nada que esconder, no nos vamos a engañar, uno no se maneja igual en todos los órdenes de la vida.
A pesar de no tener nada del otro mundo en ninguno de los dos perfiles, tenemos que saber que vamos dejando una huella digital que hay que aprender a cuidar y más cuando empezar a forjarnos una marca personal.
- La experiencia de Eliane
Para mi es bien clara la diferencia que siempre elegí marcar entre mis redes personales y las que uso profesionalmente.
Mi red favorita y donde me expreso tanto en lo personal como con Negra Digital, es Instagram. Siempre tuve mi perfil personal privado en Instagram y me gusta saber que todo lo que allí comparto, lo ven sólo mis amigos y familiares, o sea, gente que me conoce y que yo conozco. Eso implica tener varias solicitudes de seguidores, sobre todo de empresas que quieren conectar para que luego yo los siga, y cada tanto me tomo el tiempo de revisar esas solicitudes y elegir quién forma parte de mi red y quién no.
No comparto mi vida entera en las redes, pero soy bastante activa y prefiero que las personas que no conozco o del ámbito laboral, vean la faceta de Eliane mamá o de Eliane amiga o de Eliane en la vida misma. Me siento más cómoda manejándolo así.
Debo confesar también, que hasta en los estados de WhatsApp, que me encantan y los uso, tengo bloqueados a todos los contactos del trabajo o los que no son amigos ni familia, ejemplo: “Electricista Fernando”.
En el Instagram de Negra Digital comparto contenido de interés para los que me siguen, cuento lo que hacemos, difundo mis servicios, y me aparezco cada tanto espontáneamente como Eliane, pero siempre intentando que lo que subo y muestro, tenga relación con lo que hago.
5 Consejos para encontrar el equilibrio entre la exposición y la privacidad.
- Revisá tu configuración de seguridad y privacidad en las redes. Este es nuestro consejo estrella, ya sea para hacer que tu contenido sea privado o simplemente para tener consciencia de lo que estás mostrando. La decisión queda a criterio de cada persona.
- Si elegís tener un perfil público en Instagram también podés configurar la lista de Mejores Amigos, y subir contenido que sólo algunas personas podrán ver. Muchas veces no podemos sostener más de un perfil y conocer estos trucos puede ser una solución para saber qué sucede con lo que publicamos.
- Si desde tus redes personales o laborales ofrecés un servicio, es difícil que podamos dar difusión y llegar a nuestro público objetivo con una cuenta privada. Si estás en una red social con el fin de promover lo que hacés, deberías abrirle las puertas a todo aquel que quiera seguirte, ¿o no? Sería como tener la tienda sobre la avenida 18 de julio en Montevideo con la persiana baja todo el día (un poco demodé el ejemplo, ja!).
- Googleate. Un lindo ejercicio para empezar a pensar en esto es buscar nuestro nombre completo en Google o en cualquier buscador. Podremos conocer de cerca nuestra huella digital.
- Trabaja en tu marca personal y perfil profesional aprovechando LinkedIn, ya que esta red figura entre los primeros lugares en las búsquedas de Google. Es un resultado relevante y se muestra en los primeros lugares, por lo que podemos inferir lo importante que es pensar y trabajar en nuestra etiqueta virtual y dejar una muy buena primera impresión.
¿Y ahora cómo seguís?
Ya compartimos 3 experiencias diferentes, y nos damos cuenta de que las redes sociales nos dan la libertad de usarlas como cada persona quiere.
Pero tené en cuenta que:
- Es importante marcarnos objetivos con nuestra presencia en las redes sociales, tanto si la usamos en forma personal o profesional.
- Es necesario conocer las redes donde nos registremos, conocer para qué se usan, tomarnos el tiempo para investigarlas y entender su lógica. ¿Es una red de mensajería, de entretenimiento o es una red laboral?
- Conociendo las reglas de cada plataforma podremos jugar el juego con más tranquilidad.
- Siempre se puede probar la forma en la que sentimos mayor comodidad para lograr el equilibrio que queremos entre exposición y privacidad. En todo caso, volver a cambiar la configuración las veces que queramos.
Y ¿vos de qué lado estás?
¡Contanos!
Te invitamos a conocer nuestro trabajo y las actividades que pueden aportar para el desarrollo de tu futuro:
- Marketing Digital y Redes: instagram.com/negradigital/
- Asesoramiento para la búsqueda de empleo en https://growinghr.com.uy/
- Foto: Estudio bec