¿Qué tan rentable es trabajar de forma independiente? ¿Cómo consigo clientes? ¿Cómo puedo lograr ingresos estables trabajando por mi cuenta? ¿Cómo me organizo para no colapsar? Son algunas de las interrogantes que quitan el sueño a los freelancers

Sin embargo, no todo es tan caótico como aparenta. Ser freelancer tiene sus grandes ventajas en el mundo actual: podés elegir tus propios horarios, con quién querés trabajar, desde dónde y de qué forma hacerlo. Aunque como sabemos, con grandes poderes vienen grandes responsabilidades, y es por eso que queremos dejar en claro qué conlleva exactamente esta modalidad de trabajo y qué se necesita para tener éxito como freelancer en el mercado laboral hoy en día, más allá de lo que escuchamos siempre.

Podríamos decir que el mundo laboral se divide, en cierta forma, entre aquellos que trabajan como empleado y aquellos que prefieren trabajar de manera freelance, o sin anglicismos: de manera independiente. Freelancer es aquella persona que brinda servicios profesionales a terceros. Reciben su pago en función del trabajo realizado o del servicio prestado, y los contratos suelen limitarse al proyecto o encargo contratado, sin obligación para ninguna de las dos partes de continuar la relación laboral una vez realizado dicho trabajo. En este artículo te contaremos qué implica trabajar como freelancer, y para ello unimos fuerzas con Adriana, de Growing HR, quien nos brinda una orientación clave y desvela qué es lo que nadie nos advierte acerca de ser freelancer.

Acerca de Growing HR…

Se trata del emprendimiento de Adriana, quien cuenta con un perfil orientado hacia el desarrollo de personas y organizaciones en el campo de Recursos Humanos. Su pasión es la Orientación Laboral junto con consultoría de Recursos Humanos.

En 2018, Adriana fundó Growing HR y oficialmente se lanzó al mundo del emprendedurismo. Trabajar como freelancer es para ella un desafío cotidiano, ya que jamás se había imaginado que podía ofrecer sus servicios de esta manera.

Su misión es orientar a las personas en el ámbito laboral y profesional, así como también desarrollar equipos de trabajo a través de consultoría y capacitación a pequeñas y medianas empresas uruguayas.

Ahora que ya la conocemos un poco mejor, ¡veamos qué tiene para decirnos Adriana acerca de ser freelancer! ¿Cuál es la otra cara de trabajar como freelancer?

El lado B de ser freelancer

Cuando toca trabajar para una empresa en modalidad dependiente, es relativamente fácil y rápido ubicarse en el organigrama, básicamente porque tenés un cargo definido.

Cuando decidís emprender, trabajar de manera independiente o hacer las dos cosas al mismo tiempo, la palabra freelancer te toca la puerta…

¿Qué sos? ¿Emprendedor, trabajador independiente o freelancer? ¡Ay, qué pregunta!

Yo me animaría a decir que es lo mismo, con algunas salvedades, pero estas tres modalidades de trabajo comparten la dualidad de empujarte a ser empleado y jefe al mismo tiempo.

¿Lo qué, señora?

Si. Ocupás los dos roles al mismo tiempo.

Vos sos tu jefe: marcás tus horarios, tu presupuesto y remuneración, tu tiempo libre, tomás las decisiones, definís la visión a mediano-largo plazo, etc.

Vos sos tu empleado: tenés que llevar adelante las tareas con las que te comprometiste, atender a clientes, vender los servicios y cobrarlos, pagar tus obligaciones, gestionar las redes sociales o web, etc.

Capaz que nunca lo habías pensando así; pero te doy la bienvenida a: ¡ser freelancer está de más!

En el artículo «Trabajar como empleado vs emprendimiento propio», te contamos sobre las características de este tipo de trabajo, pero acá vengo a contarte sobre el lado B de ser freelancer, todo eso que no se dice, pero qué pasa en el mundo real:

●     Amistades y familiares, ¿les cobro o no?

¡Qué tema para romper el hielo! La única persona responsable de separar las aguas sos vos. Tu trabajo es una cosa y la vida es otra. Los consejitos, preguntitas, opiniones, el «dale una vichadita» que «lo vemos rapidito», no van. De todas formas hago una aclaración, si vos sentís comodidad con estos escenarios, no pasa nada; pero si después de trabajar gratuitamente para familiares y amistades, sentís frustración y desmotivación, entonces estás a tiempo de empezar a cobrar por tu trabajo.

●     Saná tu relación con el dinero

Ay ta señora, se puso esotérica. No, es así. Dicho de otra forma: si vos no valoras tu trabajo, las demás personas no tienen por qué hacerlo. El precio de tu trabajo es lo de menos cuando vos como freelancer ofreces calidad; el precio de tu trabajo es tu promesa. Pero eso, lo tenes que saber primero que nadie, para poder cobrar lo justo sin demorar horas antes de apretar la tecla «enviar».

●     Tu hobby te da de comer, ¡y a mucha honra!

Es probable que muchas personas piensen que la actividad que estás desarrollando es un “mientras tanto». Acá hay dos opciones: o es un “mientras encuentro trabajo”, o es tu actividad laboral fija. Ninguna está mal, pero ser freelancer no es un hobby, es una modalidad de trabajo, y cuando llegás al punto de que te «da de comer», estás en lo mejor del baile.

●     Hacé las paces con tus habilidades comerciales

¡Lustrá la capacidad de venta que llevás dentro! En otras palabras, si vos no vendés tu servicio freelancer, nadie lo va a hacer por ti. Es cierto que muchos clientes llegarán a través de las recomendaciones, lo cual es genial, pero también es cierto que vos tenés que abrir tu círculo de difusión. En algún momento vas a tener que persuadir, negociar, sortear obstáculos y por sobre todo, cerrar las ventas de tus servicios.

●     Menos promesas, más resultados

Cuando estás realizando la oferta de tus servicios, tené cuidado con las promesas que hacés, ya sean de trabajo, tiempo o calidad. Prometé menos y entregá más y mejores resultados. A veces, en la adrenalina que genera una venta que se está cerrando, la bocota del freelancer se abre y te promete hasta la luna. Al finalizar tu trabajo, necesitás que el cliente perciba que el valor que obtuvo a partir de tus servicios es mucho en comparación con lo que te pagó (no importa si fue caro o barato). Si el cliente se queda con esa percepción, entonces prometiste bien y los resultados fueron excelentes.

●     Nadie se escapa de formalizar. Así. Sin anestesia.

La realidad es que tarde o temprano hay algunas cosas que las vas a tener que organizar: un brochure de servicios (redactar un libro en el cuerpo de un mail no es recomendable), armar un contrato de trabajo (es una buena práctica para mantener la transparencia y claridad sobre el acuerdo y compromiso de ambas partes), burocracia legal y contable de acuerdo al país a donde estés aspirando. Hay algunas empresas en las que será necesario presentar documentos legales, financieros y sanitarios para poder avanzar.

●     La copada vida del freelancer. Si, si, hablamos del hashtag #FreelancerLifeStyle

Ser freelancer te permite trabajar desde cualquier parte del mundo. No es necesario estar atado a un lugar físico, solamente necesitas un enchufe y una conexión estable a WiFi. Ahora bien, si no tenés esas cosas: caos. Para poder disfrutar realmente de un estilo de vida freelancer con mayor flexibilidad, necesitas responsabilidad y disciplina. Por lo tanto, tenés que tener mucha organización con la gestión del tiempo, la diferencia horaria, la conversión de moneda, la productividad, etc.

La buena noticia es que nadie nace siendo freelancer, cada uno va ajustando los engranajes a su medida y en base a las experiencias vividas. Mi mejor recomendación: rodéate de personas positivas y aprendé de aquellas que saben.

Tu único límite como freelancer, sos vos.

El éxito y la responsabilidad van de la mano

Definitivamente existen grandes ventajas para aquellos que desean tomar el camino del emprendedurismo o convertirse en freelancer. Podrás dedicarte a lo que te gusta, y trabajar bajo tus propias reglas y márgenes. Eso sí, ¡mientras cumplas con lo que piden tus clientes en tiempo y forma! Es que, ser freelancer conlleva grandes responsabilidades también. Tendrás que tener disciplina, autonomía y saber organizarte bien. ¡Nadie estará detrás tuyo diciéndote qué hacer ni presionándote para que cumplas con todo a tiempo! Si no lo hacés, decepcionarás a tu cliente y este probablemente no vuelva a contactarte, y mucho menos recomendarte. Te harás cargo tú mismo/a de la imagen y la calidad de tus productos o servicios.

Como freelancer, seguramente tengas muchas más responsabilidades que si tan solo estuvieras trabajando de empleado para una empresa. Como ya mencionó Adriana, tú mismo te harás cargo de la labor y además de llevar adelante tu empresa. Sin embargo, al estar haciendo esto porque es lo que te gusta, se te hará más fácil encontrar la motivación y las ganas de hacerlo. ¡Recuerda que esto lo estás haciendo por vos mismo/a! Tu felicidad y tu pasión serán el motor que mueve todo esto. Y si, sabemos que no lo hacés exclusivamente por tí mismo/a… tendrás tus aspiraciones y razones para ayudar a los demás a través de tu producto o servicio, que servirán para motivarte y seguir creciendo. Va todo de la mano.

Agradecemos a Adriana de Growing HR por compartir con nosotros sus consejos sobre la vida de los freelancers, y queremos recordar que si bien trabajar de forma independiente es muy gratificante para ciertas personas, no significa que sea la única forma de alcanzar el éxito en el campo laboral o sentirse realizado/a. Muchas personas también lo logran trabajando como empleado/a. ¡Todo depende de tus objetivos y aspiraciones!

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Hola, También soy freelancer y quiero contarte mi experiencia.
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