Cuentan que un sacerdote y un taxista que tenían idéntico nombre, murieron el mismo día.

El taxista tenía fama de ser muy mal conductor, mientras que el sacerdote era reconocido entre sus vecinos como santo.

Al llegar al cielo, al taxista lo atendieron muy bien; lo hicieron seguir a la mejor sala y le dieron un puesto importante, mientras que al sacerdote lo dejaron a un lado.

Cuando el sacerdote se dio cuenta de la discriminación con que lo habían tratado, le dijo a San Pedro: “Oiga, debe haber una equivocación. Ese señor taxista se llama igual que yo, pero tenía pésima fama entre los vecinos de nuestro pueblo. ¿Cómo es posible que lo hayan recibido como a un santo, mientras que a mi, que fui sacerdote toda la vida, me han dejado en un puesto sin el menor brillo?”

San Pedro, entonces, le explicó al sacerdote: “Mire, aquí trabajamos por resultados”.

El sacerdote puso cara de no haber entendido nada, de modo que San Pedro continuó:

“Verá usted, los informes que hemos recibido dicen que cuando ese taxista manejaba, todo el mundo rezaba, incluidos los que iban en el taxi. Pero nos han informado que cuando usted predicaba los domingos en la parroquia, todo el mundo dormía…”.

 

De este relato podemos concluir sobre cómo la tarea del sacerdote no obtenía los resultados esperados (que los creyentes rezaran), mientras que la irresponsabilidad del taxista durante la conducción obtenía resultados no esperados.

Si realizamos un paralelismo entre este cuento y los procesos de enseñanza-aprendizaje en las organizaciones: ¿Cómo logramos replicar lo que estamos transmitiendo? Y ¿Cómo logramos alcanzar los resultados propuestos?

¿Se «duermen» en tu clase? o ¿Sos un formador tan estricto que tu público ni respira?

Cuando hablamos de aprendizaje, el resultado que deberíamos intentar alcanzar como formadores, es la modificación de comportamientos y/o hábitos por parte del auditorio, ya que el aprendizaje en si mismo busca el cambio. El cambio mutuo que habilita la construcción de aprendizaje, no sólo del público que asiste sino también del formador que transmite.

Te invito a reflexionar sobre tu tarea como formador y sobre cómo llevas adelante los procesos de aprendizaje en tu clase: ¿cómo el sacerdote o como el taxista?

Fuente: https://bit.ly/2lMo66l

Fuente imagen: http://www.epise.com

Hola, tengo una pregunta sobre el artículo: En el cielo se premian los resultados
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